martes, 8 de septiembre de 2015

Panes Tipicos Chilenos

Panes Chilenos




Marraqueta y otros panes chilenos, Chancho Muerto en Talca. 
Agosto 2011 Foto de Anabella.

Conversando acerca de productos “baluartes” al interior del convivium Pilgua SCL , tratábamos de dar con algún baluarte capitalino; la marraqueta, pan batido o pan francés se tomó nuestra conversación.

Sin pensarlo dos veces nos fuimos adentrando en el tema del pan, sobre todo considerando un dato del que todos habíamos escuchado alguna vez; nuestro país es el segundo mayor consumidor de pan en el mundo –dato del 2005- en ese tiempo con un consumo promedio de 98 kg per cápita, siendo superados por los alemanes con 106 kg anuales.

Nombramos varios panes además de marraquetas, estaban las colizas, rositas, amasados y varios otros; finalmente ese día decidimos profundizar en el tema del pan y especialmente en nuestros panes, los panes chilenos.

Me propuse preparar algún material, para compartir sobre el tema. Era la oportunidad de sistematizar apuntes y fotografías acumuladas, decidiéndome por un rápido sobrevuelo por el territorio nacional, a la vez de intentar una mirada en el tiempo.

Esta re mirada a nuestros panes es un primer borrador, una pincelada sobre la que hay que seguir trabajando; es una primera aproximación al tema de nuestros panes, los panes chilenos.

Muchos capítulos de recetarios de cocina recogen algunas de las preparaciones de distintos panes que se preparan y prepararon en nuestro país. Los hay dulces y salados; sin embargo no aparecen muchos que he tenido la suerte de ver, probar y de algunos solo oír a lo largo de varios años, esos son generalmente de lugares rurales más bien alejados de la capital.

De nuestra historia, en Chile se conoce de panes a través de libros y documentos que recogen descripciones coloniales más o menos similares a esa: se preparaban y consumían tres clases de pan, la tortilla de rescoldo, el pan español, con mucha grasa y miga, y el pan chileno, aplastado y "cascarudo"

Mientras que en la historia universal -por ejemplo- en Egipto muchísimos años antes de la llegada de los conquistadores a chile- ya se reconocieran alrededor de 15 palabras para denominar igual número de variedades de pan dependiendo del ingrediente principal utilizado y los demás que se agregaban. Entrando en el listado de panes de esos tiempos, además varios con distintos grados de cocción.

Volvamos a nuestro país, en Chile; lo que comúnmente es considerado pan, corresponde a una masa horneada; hecha de harina de trigo, agua, sal y levadura como leudante. Los hay salados, y dulces como el pan de huevo, el de miel y el de pascua. Las formas pueden ser variadas, individuales o un gran bollo, también los hay amoldados. Los de mayor tamaño, una vez cocidos y fríos se procede a cortarlo en rebanadas.

Con el paso del tiempo, y producto de diversas influencias e intercambios culturales, en Chile se han ido incorporando ingredientes en la factura de los panes –que inicialmente durante la conquista se hacía con harina de trigo y algún otro elemento nativo.

Incorporaciones posteriores son por ejemplo: harinas de cereales como centeno, cebada y otras. También han ocurrido cambios en hábitos y costumbres de hacer el pan, lo habitual era el uso de grasa animal –manteca- la que se ha ido reemplazando por otras incluso de origen vegetal. Se han ido sumando otros ingredientes para saborizar, adornar o cómo parte fundamental en la masa como: sésamo, amapola, aceitunas, tomates deshidratados, nueces, ajo, queso… y un gran etcétera. Los invito a abrir un poco ojos y mente. Se encontraran con panes conocidos y otros quizá no tanto.

A continuación una suerte de catálogo de panes chilenos, con imágenes y algunas descripciones, o los ingredientes que lo componen. Muchos tradicionales de regiones estrechamente vinculados a comunidades y culturas específicas, otros comunes a gran parte de nuestro territorio. Algunos, desafortunadamente, en peligro de desaparición.

La presentación la pueden ver pinchando acá, este sitio.   



Y para finalizar, sobre todo para los que viven lejos del terruño; dejo enlace al blog de amiga del buscador de recetas en blogs chilenos. Pinchar o hacer click acá y encontrarán marraqueta y el cómo prepararla. Para despues acompañarla con un rico pebre.  

Sopas Tipicas Chilenas para olvidarnos del frio

algunas de nuestra historia.

Carbonada, Ovalle Junio 2009 Foto de Anabella


Continuando con el tema de antiguas sopas chilenas, no se puede dejar de mencionar el “reponedor” Caldo de Gallo, que aún es posible encontrar en un par de locales y, cuya receta aparece enChile.com.Caldo de gallo

Otra vertiente de sopas está en los caldillos, que son sopas o caldos preparados con pescado y/o mariscos, cebolla y a veces con alguna papa. Hay quienes le agregan además un poco de leche u otras verduras o como decían antañote pueden incluir “un huevo caído”.

Una curiosidad con que me topé, es un preparado hecho con el changle; del que leí que su sabor es parecido a la carne. Describen una especie de sopa hecha con brotes del roble, parecidas a coliflores; a esta le agregan migas de pan, cebollas y ají. El changle es descrito como hongo comestible para cuyo consumo se hierven en agua con cebolla, grasa y sal servidos generalmente con papas, Pereira los cita como habituales de las regiones octava y novena; es decir por el sur de chile, por lo que supongo debe venir de productos y comida tradicional mapuche. En realidad he encontrado este producto en otro tipo de preparaciones que no viene al caso comentar ahora ya que nada tienen que ver con las sopas.

Para “rematar” las descripciones de sopas encontradas en Historia de la Cocina Chilena y, que nos llegan a la fecha. Mencionaré algunos platos compuestos por caldo con rebanadas de pan, arroz, pasta etc. O cuya base es la de algún líquido alimenticio y algunas rebanadas de pan.

Una tercera versión habla de pasta, fécula o verduras mezcladas con caldo y, finalmente la describen como comida que dan a los pobres en los conventos. Pero no hay mayores descripciones acerca de ellas.





Benjamín Vicuña Mackenna, con su Historia de Santiago es citado por Pereira Salas para contarnos que el Valdiviano –conocida sopa o caldo chileno- data de 1645 y que su origen estaría en el rancho (comida) que se daba a la guarnición de Valdivia. El virrey Mancera, ingenioso para salvar la escasez de carne de la época en esa sureña ciudad, enviaba desde Valparaíso los siguientes productos o insumos para cocinar: harina, frangollo (trigo, cebada o maíz molidos), grasa, ají, charqui y cebolla, mas un almud de membrillos, orégano e higos secos de Putaendo.

El almud es una especie de poruña cuadrada de madera, que aun vi usar cuando chica por el sur cuando vendían murra (moras), mosqueta o murtas; es una antigua medida de peso y volumen.
Pero sigamos el hilo de estos productos enviados desde Valparaíso a Valdivia. El listado de vituallas enviadas, era por lo visto lo que había a la mano para cocinar y, son los que dieron vida al famoso -hasta hoy- Valdiviano.

Los que han tenido charqui a la vista, saben que es carne secada al sol y salada, que es bastante dura para hincarle el diente así como así, por eso se recomienda molerlo en piedra de chancar (o mortero), incluso en el norte he visto que primero lo mojan o lavan para sacarle el exceso de sal y, luego lo tuestan al horno, a las brazas o en un tostador de lata para pan, para terminar moliéndolo o machacándolo en el mortero.

Pero sigamos con el Valdiviano, como es descrito en los Apuntes de don Eugenio; el charqui era mas fácil cocerlo y luego los soldados lo condimentaban con grasa y ají, pero a esa la preparación inicial; cuenta que los santiaguinos de esas épocas, le fueron agregando “aceitunas, (y) rayuelas de naranjas agrias con el fin de darle mas sabor o mayor condimento como el dice.



Les recuerdo que el mismo don Benjamín, es el que mencionó que el origen de la carbonada: comida guisada con caldo, que lleva carne de vacuno en trocitos, papas, cebolla, arroz, zapallo y verduras, es mendocino y que la cazuela, sopa guiso según Pereira Salas, hecha principalmente con carne de ave, cerdo o vacuno, acompañada de arroz, chuchoca, papas, verduras servidas en al caldo de su cocción, deriva de la Olla Podrida española.

Se le olvido hablar de la deliciosa cazuela de chancho con chuchoca, y supongo que en las de ave debiera citarse además la de “pavita” o pava también con chuchoca otro clásico legado de la comida campesina de antaño.


Cazuela de Pava con Chuchoca, revista Todogar especial cocina iberoamericana.
Encontrarán algunas recetas de cazuelas, publicadas en post de Marzo 2008, A la rica Cazuela Chilena.

Hay bastante más que decir acerca de las cazuelas, pero lo dejare para otra oportunidad, ahora veamos un par de recetas de algunas sopas o caldos chilenos bien populares, de esas que se preparan en hogares modestos y/o en el campo “para calentar la tripa y matar el hambre”, que son bien útiles de recordar ahora que de crisis estamos hablando… quien sabe, capaz que nos saquen de algún apuro

Estas preparaciones no aparecen en los recetarios habituales, algunas fueron recopiladas y descritas por Alfonso Alcalde, en un libro en la que el autor hizo un buen compendio de cómo el llama la “historia natural sobre usos y costumbres de nuestro pueblo a la hora del hambre, del frío y de la sed”, libro en que queda plasmado el ingenio, la riqueza e imaginación de “nuestra cocinería popular” que no tiene limites, porque como el bien dice cada ciudad y cada pueblo conserva (aún hasta hoy) formulas secretas que no aparecen en los recetarios oficiales y que aún son un clásico en algunas casas o “picadas” a lo largo de chile.

Entre las comidas sencillas, menciona la Cazuela de hueso pelado, al que cuando se puede se le agrega un poco de arroz y alguna verdurita que nunca falta.

Hasta hoy en día en las carnicerías se vende hueso para cazuela, generalmente los compradores piden “los más carnuditos” para la cazuela. Incluso en alta cocina sugieren para hacer fondos de cocina –que se usan de base para sopas o salsas- usar huesos de vacuno limpios y en trozos, o huesos y menudencias (interiores) de pollo, eso si en estas preparaciones la técnica usada es de poner los huesos en una olla y blanquear (dar un hervor) a partir de agua fría y luego lavar y refrescar para sacarles el “aserrín del hueso” y volver a poner los huesos en una olla; nuevamente con agua fría y hervir a fuego suave, limpiando la superficie. Este sería una manera de preparar la cazuela de hueso pelado a le que se le podría agregar como es usanza ají, porque con eso pasa mas rápido el frío y el arroz o las verduritas que describe Alcalde.

Cazuela de locos con pantrucas finas.Alfonso Alcalde en Comidas y Bebidas de Chile.
Esta es nombrada como el plato de honor de una picada que existía en Talcahuano. A mi me suena a rescatar el caldo de la cocción de los locos, agregarle pantrucas delgaditas y quizás algunas verduras como cebolla picada y frita, tal vez un par de rodajas de zanahoria, no debiera faltarle “la color”, en una de esas también un par de tiriras de pimentón y para decorar cilantro o perejil picado. Cada uno podría armar su propia versión.

Como los recetarios tradicionales no dan cuenta de este tipo de platos populares, no queda más que hacer un ejercicio e imaginar como prepararla.

Sopa marinera cuyo apodo era sopa de novios o sopa mellincera. Es también una preparación reseñada por Alcalde, comenta que en ella se usaban Picorocos. Desgraciadamente no hay más explicaciones ni descripciones de su preparación, pero la sitúa en la zona del carbón y como comida de “picadas”.


Sopa de pantrucas con carne, revista Todogar 1992.
Pantrucas y concones para la sopa.
Alfonso Alcalde en Comidas y Bebidas de Chile.

Las humildes pantrucas, son una masa hecha con harina, huevo y manteca.
La masa según dice debe ser sobada convenientemente, uslereada y luego se tira a la olla con agua hirviendo, es por eso que también es conocida como “tiramelos a la olla”, se sirven con papas y cebolla.

Los concones:
Son también de masa de pantrucas, pero se forma con ellas unas especies de “moñitos” chicos. Se cuecen y sirven en caldo.



La Magia de la cocina chilena

La "magia de la cocina"
Ensalada de Quínoa o kinwa
Lawa de Quinua o Mazamorra de Quínoa
Sanco
Mote salado en leche
Harina de arvejón
Poroto con trigo pelado
Porotos Solteros


La comida es una de esas cosas que es imposible eludir en la vida, aunque estemos a dieta y comamos menos o modifiquemos nuestros hábitos alimenticios en pro de bajar el exceso, aun así no podemos hacer desaparecer la comida de nuestras vidas.

La comida está y ha estado siempre ligada al devenir de la humanidad, ha sido un pilar de la cultura humana pero a medida que avanzamos nos hemos ido desconectando de su origen. Comer es ya casi un ritual más o menos automático, tres veces al día nos sentamos frente a un plato que casi ni miramos, comiendo prácticamente como verdaderos autómatas.

¿Quién piensa en que lo que comemos y lo que tomamos, no aparecen en nuestra mesa por arte de magia?

Hay todo un camino, un proceso, lo que comemos tiene toda una trayectoria, una historia y un significado. Incluso antes de que los alimentos hayan llegado a nuestra mesa han sufrido ya varias modificaciones; hay una larga historia a la que se suma todo un bagaje cultural transformando muchas veces el producto inicial de la preparación en algo muy distinto que es lo que nosotros comemos.

Hay comidas llenas de “significados”, incluso nos permiten analizar y comprender relaciones sociales, ambientales, culturales. El papel de los alimentos va más allá que solo satisfacer necesidades físicas básicas, a través de ella se han materializado incluso ideologías y proyectos políticos, se han cimentado relaciones de género, construido identidades étnicas y nacionales. La comida ha movilizado, también aplacado movimientos sociales.

En la comida chilena algo de esto se refleja por ejemplo mediante la incorporación de alimentos, modos de prepararlos y rituales que nos van llegando a través del tiempo y de la mano de distintas culturas que se van fundiendo o sumando a la nuestra.

Veamos por ejemplo como al arroz se ha transformado en un infaltable en la mesa chilena y de toda latinoamérica. El arroz nos llegó con los europeos que a su vez lo conocieron de los asiáticos, estamos hablando de muchísimos años atrás. La otra cara de la moneda es que la papa que si era de producción nacional, se llevó a europa; un intercambio. Eso si dejemos claro que les tomo bastante aceptar integrarla a su alimentación

Supongo que la lógica indicaría que si acá se producen papas desde siempre, estas debieran ser el fuerte de la comida diaria, al igual que la quínoa o los choclos en alguna de sus formas y no el arroz que es un ingrediente introducido, pero que se dio muy bien en estas tierras.
Hay mas factores para la aceptación unánime del arroz, no es solo que la planta se aclimato bien y se produce ahora acá… a considerar que hoy en día son cada vez más mujeres las trabajan fuera del hogar, o que ya no hay tanto tiempo o ayuda para labores de cocina y resulta mas fácil y rápido echar a cocer arroz; que estar pelando, cociendo, moliendo o friendo papas. Otro factor puede ser que el arroz dura varios días en buenas condiciones si se refrigera una vez preparado, seguro hay otros factores, pero estos son los que se me vienen ahora a la mente.

Así y todo es curioso como me toca escuchar una y otra vez en las clases de cocina que hago, que indique otras alternativas de acompañamiento en vez de arroz, porque ya l@s tiene aburridos.

Considerando las peticiones y como una contribución a hacer un poco mas variadas nuestras preparaciones, compartiré con ustedes algunas alternativas distintas de acompañamientos; el valor agregado es que son recetas tradicionales de nuestro campo tienen años de historia, son parte de la cultura de nuestro país.

Algunas alternativas para acompañamiento:


La Quínoa

Partes comestibles: Las semillas cocidas.
Las semillas se conservan bien gracias a una saponina que evita los ataques de insectos. Esta saponina se puede y debe eliminar lavando con abundante agua.
Ensalada de Quínoa o kinwaReceta Mapuche de Cultura y alimentación Indígena en Chile –FAO

Quínoa lavada y cocida
Hojas de betarraga
Hojas de espinaca
Hojas de mastuerzo
Hojas de romaza
Hojas de vinagrillo
Aceite y vinagre de manzana

Se debe lavar en abundante agua en un colador la quínoa, hasta que deje de salir “espuma”, de otro modo queda amargo. Se cocina con agua, y se puede preparar como el arroz.

Una vez cocida, hay que agregar las verduras y hierbas bien lavadas y picadas, para aliñar a gusto con vinagre de manzana y aceite.

Cómo lo más probable es que usted no viva en el sur, y le cueste conseguir estas verduras y hierbas, le recomiendo sustituirlas por lechuga, espinacas, berros u otras ensaladas de hojas verdes; si no le gusta el vinagre aliñe con jugo de limón y verá que es una buen acompañamiento frío o como ensalada, para esta época veraniega.

Les presento los ingredientes:
Quinoa cocida


Partes comestibles: Las hojas y la raíz, crudas o cocinadas.

Mastuerzo, Cardamina Lepidium sativum de fichas infojardín.com
Usos culinarios:
- Sabor parecido al berro pero más picante y tirando a mostaza.
- Lo habitual es que se use sólo o en ensaladas en cuyo caso va acompañado de sal y zumo de limón aunque no va mezclado, sino coronando, adornando el plato, También puede ir acompañado de pimienta.
- Los tallos tiernos se emplean en ensaladas, quesos y huevos.
- Las hojas tiernas se pueden utilizar en ensalada, Jenofonte, hacia el 400 a. de C., señala que los persas la comían incluso antes de conocer el pan, mientras que parece que los antiguos espartanos lo comían con pan, y otros lo han comido con pan y mantequilla.
- Las raíces se han utilizado como condimento picante.
- Se emplea, generalmente, de forma parecida al perejil, siempre crudo ya que pierde su sabor si se cuece.

Romaza. Rumex patientia; Infojardin.com
Partes comestibles: Las partes tiernas crudas o cocinadas. Las semillas molidas para hacer harina. Las raíces hervidas.Nombre común o vulgar: Romaza, Acedera vejigosa, Espinaca sin aroma, Hierba de la paciencia, Hierba sanguinaria.



La describen como “maleza” pero sus hojas son comestibles. Según el sitio consultado es originaria de nuestro país. 



Lawa de Quinua o Mazamorra de Quínoa (quínua)Receta Aimara
De cultura y alimentación en Chile –FAO

200 gramos de quinua
Una cucharadita de ajo molido
Un pimiento
Dos papas medianas en cubitos
Seis tazas de agua
Una cucharadita de comino y pimienta
Una cebolla picada
Tres huevos

Se sofríe la cebolla, el ajo, la pimienta y el comino.
Una vez dorado, se agregan las seis tazas de agua y la quínua lavada. Luego las papas picadas y se agrega la sal, deje hasta que este todo cocido y recién ahí se le agrega el huevo batido y el pimiento picado.

SancoReceta Mapuche
De cultura y alimentación en Chile –FAO

2 tazas de harina tostada
2 cucharaditas de merquen
2 cebollas de guarde
Mantequilla
Color (ají de color o pimentón disuelto en aceite y levemente frito, hay que cuidar de no quemarlo).

Se fríe la cebolla en la mantequilla y se van agregando los demás ingredientes a medida que la cebolla suelta su jugo, luego se le espolvorea la harina tostada revolviendo hasta formar un puré suave.

Ahora, un par de recetas antiguas con sabores actuales que transcribo de un recetario “fresquito”.





Foto portada de Recetario Local de Río Hurtado, IV región.
Mote salado en leche
Lucrecia Araya Flores. El Espinal

Antiguamente este plato se preparaba con leche de cabra, y mote pelado en casa. Cocinando en bracero con brasas.

Se comienza hirviendo la leche, luego se cuela y devuelve a una olla. Se le echa el mote y un poquito de sal. Toma unos 20 minutos en estar cocido. Lo cocían con leña, el bracero con brazas.

Harina de arvejón
Lucrecia Araya Flores. El Espinal.
Se tuesta primero el arvejón, se le saca aventando la cáscara blanca y luego se muele.
Poner a hervir agua en una olla agregar aceite y sal, después espolvorear a harina de arvejón revolviendo para que no le queden grumos, seguir revolviendo hasta que quedara espesito como un puré. Se sirve acompañado de un huevo frito o un bistec.

Antiguamente se preparaba sobre el brasero, dándole un hervor de unos 10 minutos aproximadamente. El gasto era mínimo y todo era cosechado en las casas.

Poroto con trigo peladoGeorgina Aguirre Ahumada. El Espinal
Remojar los porotos el día anterior, al siguiente cocer los porotos junto con el trigo pelado (majado o remolido) y se le echa la sal a gusto.

Aparte se prepara la cebolla picada, friendo en un poquito de grasa o manteca y se aliña con cilantro, albaca, orégano.

Dejar cocer aproximadamente una hora, al estar listo se prepara un poco de color con un poquito de manteca y ají color. La color se echa en primer lugar para adornar el plato y en segundo para mejorar el gusto de los porotos.

Porotos SolterosMargot González. Pichasca
2 Tazas de porotos
6 Papas en cuartos
Manteca
Cebolla
Zanahoria
Ajo
Ají color
Maicena (solo para espesar si es necesario)

Dejar remojando los porotos en la noche, al otro día poner a cocer, ya cocidos los porotos se agrega la cebolla frita con el ajo y ají color un poquito de zanahoria picada fina.

Freír las papas en medias luna, y agregar al resto; dejar hervir otros minutos hasta que se cueza bien la papa, si esta muy claro espesar con un poquito de maicena diluida en agua fría Después servir como un plato de segundo con algo al lado carne al jugo o bistec.

Postres Típicos Chilenos

Postres chilenos 

Postres con leche:

Leche Nevada, Leche Asada, Sémola con leche, Arroz con leche y Macho Ruso.


En estos últimos tiempos en que van proliferando nuevos lugares para comer y tomar en nuestro país; de la mano con mayor cobertura mediática tanto en prensa escrita como en televisión y varios sitios en Internet dedicados a ofertas de comidas y bebidas en nuestro país, es que me surge con mayor fuerza el pensamiento de que es una lastima que no tengamos aún como país una fuerte oferta gastronómica “chilena”, algo se avanza pero falta…

“La gastronomía es una disciplina que necesita su toque de ilustración y su pizca de acicate crítico. Padecemos una inflación de recetarios y programas de cocina, y no parece que el sufrido televidente ni el curioso lector puedan procesar tanta información; en cambio, es necesario recuperar la página escrita y reflexionar de dónde venimos y adónde vamos gastronómicamente hablando.”Cita tomada de: Crítica de la razón gastronómica, de Javier Pérez Escohotado.
Tan interesante me ha parecido esto, que no me quedó más que perseguir el libro para poder conocer sus reflexiones y opiniones. El autor un español; escritor, profesor y doctor en filología hispánica. En una serie de ensayos cortos intenta abrir en la gastronomía un espacio de curiosidad, llevándola de la mano con la historia, la historia del pensamiento y de la cultura, para colaborar con que el presente recupere su memoria gastronómica.

Con estas lecturas a medio camino y, luego del pedido de un conocido de proporcionarle algunas recetas de postres antiguos de nuestro país, es que se me ocurre retomar el tema de los dulces y postres chilenos.
Anteriormente en este sitio Postres Chilenos (1) y Postres chilenos (2).


Algo que tengo “en mente”, que es casi imposible pensar que hoy en día haya una cocina autóctona pura; ni aquí, ni en la quebrada del ají.
Un célebre blogero español -diario del gourmet de provincia…- premiado este año, plantea que: “cuando hablamos de cocinas autóctonas no hablamos de cocinas puras, sin contaminación de otras influencias llegadas de fuera, sino más bien de cocinas que son capaces de sumar esas influencias y hacerlas parte de algo que sigue siendo diferenciable”. Y aunque él habla desde las cocinas autóctonas españolas; es perfectamente extrapolable a las cocinas del mundo y por supuesto a la nuestra.
Por ahí va el hilo de nuestras comidas y obviamente de nuestros postres y dulces. Basta con recordar que el azúcar no era un ingrediente utilizado por estas tierras, antes de que fuera introducido por los colonizadores. El endulzante natural que se podía encontrar antes de eso era, la miel.
Los postres, fueron introducidos en Chile por los españoles a través de la repostería, en “Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España” citada por Pereira Salas, el autor menciona los “suspiros de monja”, el alfajor moro, los mantecados y polvorones, pero sobre todo del manjar blanco. Reseña del consumo de arroz con leche -postre que viene desde la colonia- y nos hace saber que era comida de tarde, acompañada de galletas y luego de postre frutas de la estaciòn, en el capítulo de La cocina en la Patria Vieja y en la Patria nueva. De la fabricaciòn de la sémola en nuestro país, que es usada en postres y recetas saladas, esta se remonta a 1779, en la fabrica de fideos y sémola de don Antonio Morgado. Por último Pereira Salas describe la Mazamorra como especie de gachas de harina de maíz con azúcar o miel, siendo tambien galleta rota y/o maíz partido y cocido.


Si los postres son dulces, ¿de donde sale el azúcar?

Se sabe de ella poco más de 5000 años. Tiene una larga historia que va de la mano con conquistas y viajes; en Persia ya se hablaba de ella como “caña que da miel sin necesidad de abejas". Posteriormente Alejandro Magno un gran viajero la lleva a Europa desde Asia, los griegos se la heredan al Imperio Romano, que la llamaron "sal de la India".
Mucho después por el siglo VII AC. e invasiones mediante, se difunde el consumo de azúcar por los árabes; aficionados al dulce y desde ese entonces, se descubren sus variadas posibilidades y la van introduciendo por donde pasan. Mucho después y por las Cruzadas, se conoce este producto en el mundo cristiano.
Recién en la Edad Media, llega a España lugar donde se la implanta como una especia alimenticia, igual que la sal o la pimienta y es usada para “perfumar platos”.
Bruno Laurioux -en Identidades Nacionales, peculiaridades regionales y coiné europea en la cocina del Medioevo- cuenta que la influencia de nuevas prácticas y recetas de procedencia ibérica, sobre la cocina italiana hace siglos; destacando particularmente la costumbre de espolvorear los platos después de cocidos con una mezcla de azúcar y canela.
En España los boticarios la incluyeron en sus recetas, preparando pócimas y medicinas recomendadas a sus clientes para la cura de varios males, entre ellos el “mal de amores”.

Ingenio azucarero 
El azúcar sigue viajando a través del tiempo y del mundo; con el descubrimiento de América, viaja de manos de los conquistadores españoles a Santo Domingo, luego a Cuba y México. Con los Portugueses la caña de azúcar llega a Brasil, por los Franceses a sus colonias del Océano Indico y por los Holandeses a las Antillas. Suma y sigue, a fines del siglo XVII la producción de caña y su consumo ya estaba masificado casi por todo el mundo; pero recién en 1705 un químico francés descubrió las propiedades azucaradas de la remolacha y un par de años después un alemán extrae y solidifica el azúcar de esta planta dando origen a las primeras fabricas de azúcar de remolacha.
Si mal no recuerdo, por el norte de Argentina –Tucumán- hubo una serie de ingenios azucareros donde procesaban la caña de azúcar, (pero no me ubico en fechas). Mientras que en Chile mucho mas tarde se desarrolló la industria azucarera a partir de la remolacha.
Ambrosio O´Higgins se esforzó por introducir en Chile el cultivo de la caña de azúcar, el arroz y el algodonero. Citado por Barros Arana en su Historia General de Chile.
En “Lo que se come en chile”, de Ismael Espinosa, se comenta que en tiempos coloniales la región de la Ligua tenía mucho que ver con los dulces, ya que el azúcar llegó a esas tierras durante el siglo XVII y que la Quintrala cultivaba la caña en su hacienda de El Ingenio.
Para abastecerse de azúcar, antes de eso necesariamente debían traerla desde el Perú y así y todo se empiezan a instalar en las mesas de nuestro país postres a la usanza española, combinando entre otros leche y azúcar.
Entre ellos destacan varios que se siguen preparando hasta hoy en día, la leche merengada española dio paso a la leche nevada, la leche frita española está remotamente de alguna forma emparentada con la leche asada y, el arroz con leche es de similar factura en ambas partes.
También tenemos la sémola con leche, el origen del término sémola es italiano, viene del latín ‘simila’ y su significado: flor de harina o la mejor harina. Por ultimo mencionaré el Macho Ruso, postre que se prepara hasta hoy en día en el campo de la IV región, no se si se prepara en otras partes de nuestro país. 


Arroz con lecheMariana Bravo W
Cocina Popular


1 taza de café de arroz remojado desde el día anterior
4 tazas leche
1 taza de café de azúcar
Vainilla o cáscaras de limón o canela

Se junta todo y se cuece a fuego lento más o menos 1 ½ hora. Se sirve solo o acompañada con frutas en compota o con tajadas de piña alrededor.

Nota: Generalmente este postre se sirve solo y espolvoreado con canela en polvo. Hay versiones actuales en las que se agrega al momento de la cocción algo de anís y finalmente se acaramela azúcar y canela sobre el postre.


Leche nevadaMariana Bravo W
Cocina Popular

1 litro de leche (5 tazas)
2 cucharadas de harina o maicena
3 huevos
1 taza de azúcar
Vainilla o cáscara de naranja o limón

Se baten las claras como para merengue, se hace servir la leche y cando está hirviendo se echan por cucharadas las claras batidas, para que se cuezan en la leche. Cocidas se sacan con cuidado y se ponen en una fuente.

En una cacerola se baten bien las yemas con el azúcar y se le va echando la harina de a poco, se une bien y se vierte la leche en hilito, cuidando que no se formen grumos. Se revuelve todo el tiempo, hasta que se cueza la harina (o la maicena).

Esta leche de crema se pone tibia en un azafate o compotera y encima se las arregla la nevada hecha con las claras.


Leche asadaMiguel Subercaseaux
Cocina Práctica Chilena


3 ½ tazas de leche
5 huevos
1 palito de vainilla
7 cucharadas de azúcar granulada
2 cucharadas más de azúcar (para caramelo).

Coloque las dos cucharadas de azúcar en una pailita con una de agua y lleve a fuego hasta que se derrita tomando color rubio. Vacíe al molde dándolo vuelta para que quede completamente cubierto.

Hierva la leche con el azúcar y la vainilla durante 5 minutos, retire y deje enfriar. Bata los huevos juntos, clara y yema, agregue la leche tibia y colada y vacíe al molde. Lleve al horno por ¾ de hora, deje enfriar antes de desmoldar.





Sémola con lecheMónica Alfaro
Cocinando con Mónica


1 litro de leche
3 huevos
1 taza de sémola
½ cucharadita de vainilla
Cascaritas de limón

Se pone al fuego la leche, junto con la vainilla, la cascarita de limón y el azúcar. Una vez que suelte el hervor se agrega la sémola en forma de lluvia. Ya todo cocido se retira, se deja entibiar y se añaden las yemas y las claras de huevo batidas. Se vacía en un molde acaramelado y se deja dorar.

Nota: Generalmente al preparar este postre se suele hacer sin los huevos que se indican en esta receta y, una vez cocida la leche con algo de azúcar y espesada con la sémola, esta se vierte en una fuente o moldes individuales previamente acaramelados, el otro clásico es cambiar el caramelo por un almíbar hecho con azúcar y vino tinto.

Macho Ruso con miel, 2009. Anabella






Leche
Harina blanca cruda
Canela
Cascarita de naranja seca
Un poquito de maicena

Cocer la leche con canela y cascarita de naranja, luego diluir la harina cruda en agua no muy fría y la maicena si quiere ponerle, asegúrese de diluir bien y de colarla para que no tenga grumos.

Hierva la leche, una vez hervida agregue la harina y maicena diluidas, revolviendo hasta que vuelva a hervir y la harina esté cocida.

Tomar una budinera y mojarla, debe quedar humedecida sin restos de agua y se le echa todo el contenido de la olla. Se deja enfriar al aire y después se lleva al refrigerador, sin congelar. Cortar en trocitos y servir de postre con miel o arrope de uva.

Nota: Este postre también lo sirven con almíbar de vino o mermelada.
La semana recién pasada por la VI región, un grupo de mujeres recordaban un postre similar pero según decían el nombre era otro; no estaban muy seguras pero por esa zona lo llamaban mazamorra y se servía con almíbar de vino.

Comidas Típicas chilenas

Ajiaco

Este plato no es propiamente chileno, se lo encuentra en Bogotá, Colombia, por ejemplo. Pero en el caso chileno, generalmente se lo realiza con las sobras de carne de un gran asado, cuando el cuerpo está un poco cortado. En el caldo de la carne asada se agregan papas, cebollas picadas, ají, perejil, sal, pimienta, comino y orégano. Esta sabrosa sopa ayuda a componer el cuerpo o la caña y repone las energías, para ir al trabajo o bien, para seguir celebrando lo que haya de ser celebrado.
Ajiaco

Arrollado huaso

Cuando un cerdo está listo para ser faenado después de una larga engorda, el invierno pega a la puerta de las casas del sur, por lo tanto, se aprovecha casi todo el animal, para matar el frío y celebrar algún Santo a mediados de Junio. En el caso del arrollado se utiliza la pulpa y el tocino en tiras largas, ajo, pimienta y comino a gusto, se lo enrolla en el cuero del cerdo, pintando el cilindro que se forma, con salsa de ají y amarrándolo con pitilla, para luego cocinarlo en un caldo, mientras la parentela comienza a llegar con el olorcito sabroso de esta preparación. Lo de huaso viene por la salsa de ají, coloradito y contento por el calor del fogón y el vino para celebrar al Santo de la casa.
Arrollado huaso

Caldillo de congrio

Pablo Neruda le dedicó una oda y de paso, lo hizo famoso, especialmente en Isla Negra, donde vivió el poeta. Sin embargo, el caldillo se sirve en todo el litoral central de Chile y hasta un poco más al sur de Talcahuano. Reponedor y nada de pesado, hay preparaciones variadas, pero siempre humeante y presentado en una paila de greda, acompañado de algunos choritos y almejas, además de un buen vino blanco que haga los honores.
Caldillo de congrio

Carbonada

Un guiso de invierno muy tradicional en la cocina chilena. Hay versiones de este plato en otras cocinas de Latinoamérica y aquí en Chile se prepara con papas, zapallo, zanahorias, porotitos y aliños varios, además de carne cortada en pequeños trozos. Abundante en caldo y con perejil espolvoreado cuando se sirve en un plato hondo.
Carbonada

Cazuela nogada

La cazuela no es un plato exclusivamente chileno, pero en el sector de El Almendral, en la provincia de Chacabuco y cercano a Los Andes, se prepara la Cazuela de Ave Nogada. Plato ingenioso y criaturero, para pasar males de amor o festejos muy largos, o bien, para reponer las energías después de un largo viaje.
Cazuela

Chancho en piedra

Originario del Maule, el preparado de tomate machacado, cebolla, ajo, aceite y sal, nació de la faena agrícola, cuando los peones terminaban la labranza y lavaban la pala en un canal, para machacar el tomate y los demás ingredientes con una piedra. Este “cauceo” se untaba con la gran galleta latifundista. Un pan por peón, entregado junto con la choca en las mañanas, a la entrada del fundo. El chancado en piedra fue llevado a la mesa en una piedra cóncava, de origen volcánico. La deformación fonética del chanco fue derivando en el Chancho. Se lo come en todo el Maule, en algunos casos acompañado de sopaipillas, pan amasado y también con queso fresco o blanco.
Chancho en piedra

Chapalele

También absolutamente chilote, se encuentra en muchas preparaciones australes de chile, debido a la emigración de la gente de la Isla Grande hasta las tierras de Magallanes. Muy similar al Milcao, la diferencia de esta preparación es que se le agregan dos huevos y harina, la mezcla se corta en rectángulos y se cuece en el Curanto o bien, se lo fríe en abundante manteca de chancho.
Chapalele

Charqui de caballo

El charqui es carne de caballos, seca con sal. Los españoles llegaron a América con el ajo y el charqui, que en Chile se preparaba con la carne de los caballos más viejos en la época de la Conquista, especialmente para el invierno, cuando el ganado estaba flaco para faenarlo.
Charqui de caballo

Chorillana

Nacida en el puerto de Valparaíso, el plato es a base de papa, cebolla cortada muy fina, longaniza, bistec y de coronación uno o dos huevos fritos. En el “J Cruz M” restaurante tradicional del puerto, se ofrece los sábados y domingos este plato rico en colesterol, muy bueno si después de comerlo se van a subir alguno de los cerros del puerto. No haga trampa, suba los cerros a pie y bájelos en los ascensores.
Chorillana

Chunchules con harina tostada

Del triperío del cerdo o el vacuno, rellenado con la pasta de carne y grasa del animal, se rellenan y “trenzan” los chunchules, los que se fríen con ají picante y papas cocidas. Los con harina tostada se pasan por la harina antes de freírlos, quedan crujientes y muy sabrosos. Un plato rebosante en colesterol, que se prepara sólo en el más frío de los inviernos.
Chunchulas con harina tostada

Curanto en hoyo

Plato típico de la Isla de Chiloé, su origen mapudungún habla de una piedra caliente o cocida. Justamente, para hacer esta preparación, se hace un hoyo en la tierra donde se enciende una fogata para calentar las piedras. Por capas se van poniendo carnes variadas, pescados, mariscos, papas, tapando todo con grandes hojas de nalca y sellando la cocción con más piedras calientes. La receta es tradicional, pero no existen cantidades ni ingredientes exactos, porque como es una comida grupal o para celebrar Mingas, depende de la cantidad de personas que lleguen.
Curanto en hoyo

Empanadas de pino

Originarias de la gastronomía árabe que pasó a la península hispana, las empanadas recorren casi toda las gastronomías de Latinoamérica, sin embargo en Chile es donde nace la empanada de pino o cebolla picada fina, con carne, huevo y pasas. La empanada dominguera es una tradición a la que muy pocos chilenos se resisten, menos si es de esas empanadas caldúas y chorreantes hasta el codo, acompañadas de un buen tinto del año, joven y chispeante como el pino.
Empanadas de pino

Ensalada a la chilena

Con un par de tomatitos maduros y una cebolla mediana en corte pluma se realiza este típico plato que acompaña a las papas y la carne del asado, o bien, cuando el presupuesto escasea, esta ensalada salvadora hace que las penas se pasen y el hambre se mitigue. No se sirve en lujosos restaurantes, solamente en picadas muy concurridas, donde los parroquianos acompañan la comida con vino pipeño y generoso.
Ensalada a la chilena

Ensalada de digüeñes

El digüeñe se da en los gualles (roble) durante agosto a septiembre, principalmente en el sur de Chile. Su apariencia es redonda y blanca y la ensalada consiste en cilantro, aceite, cebolla, sal y limón si se quiere. Tiene una textura oleaginosa y puede acompañar porotos con riendas o algún otro guiso a la salida de un largo invierno.

Gambas al Pil Pil

La gamba vino de España, pero la preparación chilena la transformó. No es un plato muy conocido y sólo se lo sirve en lugares específicos. Consiste en colitas de gambas servida con aliño de dientes de ajo, aceite y sal.
Gambas al Pil Pil

Humitas

La humita es uno de los platos chilenos más antiguos, aunque hay símiles en la cocina peruana y también ecuatoriana. Surgieron de la abundancia de maíz en el verano, un poco de ingenio y mucho sabor en una envase natural, utilizando las mismas hojas de la mazorca, para envolver la pulpa de maíz, cebolla, ajo y la albahaca que le da el sabor y la alegría contagiosa. La humita se servía con azúcar espolvoreada o bien, con tomate recién cortado de la mata y no sólo al almuerzo, si no que también a media tarde, con el chancho en piedra o las onces, o bien en la comida de la noche. A cualquier hora, la humita es bienvenida en las mesas de Chile central.
Humitas

Lengua de vaca

La lengua de una vaca, cocinada con sal y agua, queda tierna y blanda para servirla como una entrada, con puré de palta y abundante lechuga fresca. Tampoco es de los platos destinados a formar parte de la alta cocina nacional, tal vez por desconocimiento de su preparación o bien, porque se vende en aquellas carnicerías de barrio, preparada y lista para servir sin vergüenza.
Lengua de vaca

Lisa a la teja

Las hermanas Carreño, de Constitución, hacían la lisa en teja de greda roja, según cuentan los versos de Pablo de Rokha. Tradición maulina que aún perdura a la orilla del Río y que uno puede viajar a degustar en la Estación de Rancho Astillero, la última de las paradas del Ramal Talca Constitución, el último buscarril en servicio en todo Chile.
Lisa a la teja

Locos

El loco es un molusco duro y blanco que para ablandarlo antes de su cocción, se “apalea” en cenizas. Debido a la veda que ha experimentado durante los últimos diez años, por su sobreexplotación, comerlos es casi una suerte reservada a comensales que los buscan con esmero, durante las épocas en que se levanta la veda. Con una cocción ligera en agua, se sirven en un plato, generalmente acompañados de papas mayo y ensalada de lechuga. Son delicados y suaves al paladar, como para esperar nuevamente un año, para volverlos a comer.
Locos

Longanizas de Chillán

Aunque se preparan en muchos lugares y sectores del Centro sur de Chile, sin duda, las más tradicionales se encuentran en Chillán. Hechas con pulpa de chancho, orégano, ajo, ají de color y vinagre, se muele todo y se llena una “tripa” larga que se enrolla para orearla al aire o bien, para ahumarla con carbón de espino. Se la sirve en un buen plato de porotos con rienda o bien, con puré picante o unas papas cocidas.
Longanizas

Malaya

Comino, pimienta, orégano y perejil, huevo duro, cebolla y zanahorias enrollada con la carne de un vacuno joven y cocinada a fuego lento. La malaya se sirve caliente o fría, con puré o bien, con una abundante ensalada chilena.
Malaya

Milcao

Milcado, Milcao o Melcao esta preparación de papas crudas y cocidas, manteca y chicharrones es compañero obligado de un buen curanto. Se recomienda comerlo con prudencia cuando es por primera vez, no sea cosa que arrebate y no pueda seguir disfrutando de la minga. Chilote en su origen, permite que las papas salgan de las preparaciones tradicionales como un pan cocido de muy agradable sabor.
Milcao

Mote de maíz

Con lejía y ceniza se hace el rico Motemei calientito. Una preparación que viene desde la época de la Colonia, servido con agua y azúcar o bien, para hacer platos calientes y salados, más sustanciosos.

Mote con huesillos

En verano, cuando el calor de la zona central dora los campos y apura los racimos en las parras, cualquier buen chileno sabe como calmar el hambre, la sed y la calor con la preparación de duraznos secos rehidratados, trigo, agua y chancaca. El mote con huesillos se tomaba desde tiempos coloniales, helado y a media tarde. En tiempos más republicanos surgió también el Rey del Mote con Huesillos. Hoy hay muchos, pero el ancestro de esta particular realeza aún se encuentra a la salida del Club Hípico, en Santiago.
Mote con huesillos

Pancutras o Pantrucas

Blanca y deslavada como una “pantruca”, por haberse pasado el año dentro del plato de la sopa, este plato popular chileno hecho de masa de harina cortada en tiras finas y con carne, cocinada dentro de un buen y reponedor caldo de invierno, acompañaba a las señoritas flacas, para que no desfallecieran a la hora de la oración, y también a los peones de la faena agrícola, quienes las hacían sin carne, pero de todas formas reponedora para seguir trabajando.
Pantrucas

Papa con chuchoca

La chuchoca es maíz cocido, secado y molido con que se acompañan unas papas bien cocidas y ají de color. Un plato de la zona central y sur de Chile.
Papa con chuchoa

Pastel de jaiba

Las patitas de las jaibas se quiebran cuidadosamente y con la carne blanca y delicada se prepara un pastel que además tiene pan remojado en leche y cebolla. Se lo sirve desde Pichilemu hasta el sur de la costa Maulina, pero los mejores pasteles son los de Iloca y Pellines.
Pastel de jaiba

Pataska

Preparación del norte de Chile, es un guiso picante que denota sus orígenes altiplánicos con el charqui, las papas y el maíz pelado. Es parte de la tradición de Chiu- Chiu, poblado atacameño que lo prepara para fiestas típicas donde se le agradece a la pachamama por las cosechas y el ganado.
Pataska

Pebre

El pebre debe ser cucharea'o, para no perder su esencia de salsa hecha de cebolla, cilantro, ajo, aceite y sal a gusto y ají picante y con el agua del cocimiento de las papas para el asado, toma otro gusto. Proveniente del latín piper (pimienta) se sirve en la mesa de la zona central, con variaciones de tomate o sin él, dependiendo del lugar en que se lo prepare.
Pebre

Pernil

Humeante y con papas salteadas en aceite, ajo y ají de color. El pernil acompaña el invierno en el centro sur de Chile. También servido con escabeche de cebolla, mientras el fuego de la vieja cocina de campo nos hace olvidar el frío de afuera.
Pernil

Picante de guatitas

Las “guatas” es el estómago de un animal, sometido a una cocción en abundante agua con sal y preparada con cebollas, papas, pan remojado en leche, queso rallado, ají y pimienta. Es un plato casero y sólo se lo encuentra en restaurantes donde aún se prepara el clery y el borgoña. Pertenece a la más tradicional gastronomía chilena y a pesar del tiempo y las modernidades, nunca desaparece del recetario nacional.
Picante de guatitas

Pichanga

Este plato de bajo perfil, sin intenciones de entrar a los grandes círculos gastronómicos y mantenido a raya en las “picadas” más tradicionales, se prepara con carne cortada en cubos, aceitunas, pickles, queso, tomate, palta. La idea es “picotear” la pichanga mientras se espera el plato más contundente, por lo mismo es una oportunidad para compartir entre los amigos.
Pichanga

Plateada

Un gran plato chileno, carne muy blanda y sabrosa. Se prepara en una olla y se la adoba con ajo, sal y pimienta, un tinto bien potente y unas cucharaditas de vinagre. Jamás se le agrega agua, sólo se cocina a fuego lento y con paciencia y casi siempre se acompaña de puré picante y ensalada a la chilena. Después de esta suculenta comida, es imposible negarle al cuerpo una siesta, a la sombra del parrón, donde todavía los racimos se hacen los lesos.
Plateada

Pollo al barro

Tome un pollo tierno, ojalá uno no muy correteado por entremedio de la huerta. Lávelo, embadúrnelo de sal con ajo y envuélvalo en un plástico. Luego, haga una pasta de tierra con agua y cubra al pollo. Lleve la preparación al horno de barro y espere con paciencia finita, porque el pollo se cocinará en un “santiamén”, en su propio jugo.
Pollo al barro

Porotos granados

Aunque en algunos casos compartimos preparaciones y platos con otras naciones latinoamericanas, en el caso de los Porotos Granados, el ingenio fue absolutamente chileno. Con porotos coscorrones nuevos, choclo, zapallo, albahaca se realiza este plato propio de la época estival. Pueden ser con mazamorra donde la cuchara queda parada en el plato, o bien, con más agua si hay visitas.
Porotos grandados

Prietas

La prieta sureña se sirve con papas cocidas y al calor del rescoldo hogareño. Plato de preparación invernal que se encuentra en carnicerías tradicionales. Es posible encontrarla en algún restaurante muy criollo o en alguna picada, porque al igual que muchos otros platos nacionales, no logra entrar a los círculos gastronómicos más exclusivos.
Prietas

Sopa de mariscos

Chile es un país con una extensa costa, sin embargo, no son tantos los platos de origen marino que se encuentran en la gastronomía chilena. Si bien el pescado frito es el rey de los restaurantes en verano, durante todo el año se puede disfrutar de una reponedora Sopa de mariscos, hecha con merluza, choritos, cebolla, dientes de ajo y si vienen de la caleta El Membrillo, en la costa central de Chile, con rebanadas de pan de molde, leche y perejil.
Sopa de mariscos

Sopaipillas

Redonda y muy compuesta hecha a base de harina, zapallo cocido, una pizca de sal y manteca, este tipo de pan muy chileno tiene su origen en la invasión árabe de la península española; llamada sopaipa en su origen, era efectivamente un pan mojado en aceite que llegó de la mano de los conquistadores Españoles y se quedó arranchada en nuestra tierra, para acompañar los días lluviosos y fríos del sur o un muy buen condimentado Chancho en Piedra de la zona central. Hoy, la sopaipilla recorre de norte a sur, en puestos ambulantes que esperan a la salida de terminales de buses, las esquinas más concurridas de cualquier ciudad y hasta en los eventos deportivos de nuestra patria. Infaltable para el invierno, la Sopaipilla Pasá, en una mezcla viscosa de chancaca, cáscara de naranja, clavos de olor y chuño. Una verdadera delicia en una lluviosa tarde de invierno.
Sopaipillas

Valdiviano

Un plato proveniente de la guarnición de Santiago en su origen, en el viaje en tren que se hacía desde la capital al sur de chile, antes de llegar a la estación de Valdivia y después de una noche larga, se servía la preparación de una sopa muy sustanciosa a base de huevo, cebolla, carne, verduras varias. Cuando se bajaba en Valdivia, el cuerpo estaba repuesto y aclimatado al cambio de temperatura.
Valdiviano